Los campeones fue una serie mítica de mi infancia, principalmente porque con ella (Y la de Puño de hierro) conocí a uno de mis dibujantes favoritos, el por aquel entonces primerizo John Byrne.
La serie duro solo 16 números. Tal vez por ser personajes demasiado diferentes entre si.
Sin duda el punto fuerte de esta, seria también su talón de Aquiles, mezclar personajes de diferentes series que no tenían que ver mucho entre si (y que además se consideraban secundarios) parecía ser una buena idea en un principio.
En el año 1975 Tony Isabella quería que los campeones fuera un grupo solo de tres miembros, los antiguos X-Men Angel y el hombre de hielo, y el recién creado superhéroe negro llamado Goliat.
Sin embargo a Goliat se le dio serie propia y el editor de la revista Len Wein insistió en cambiar la formación de tres componentes por una de cinco, e Isabella añadido varios héroes salidos de otras revistas como: La viuda negra (que sirve como el líder del equipo), el dios griego Hércules y el sobrenatural vengador Ghost Rider.
Así los campeones tenían personajes tan diferentes como dos mutantes, un dios mitológico, un ser de carácter sobrenatural y una ex-espía comunista.
Hoy por hoy podríamos pensar que escritores geniales como Grant Morrison podrían tomar el concepto de The champions y elevarlo por encima de muchos títulos Marvel (algo que hizo con Doom Patrol por ejemplo), pero estamos hablando del año 1978 y las historias que allí se narraban eran muy diferentes a lo que se podría hacer hoy en día.
La colección se venia a pique cuando en el numero 11 John Byrne relevaba de los lápices a Bob Hall y George Tuska que si bien eran buenos dibujantes, ellos conservaban un estilo clásico y no tenían nada que hacer ante la fresca anatomía y estilo de Byrne.
Así solo con seis números bajo los guiones de Bill Mantlo, Byrne pudo dibujar
las ultimas apariciones de los campeones ya que en el numero 16 la serie fue bruscamente cancelada, a pesar de la sensible mejora que supuso la llegada del dibujante.
6 comentarios:
Para los pocos números de que const l colección, ya podían haberla publicado completa y no sólo la etapa de Byrne en este tomo.
Imprescindible Bill Mantlo, al que por cierto no le convencía mucho el dibujo de Tuska, lo consideraba demasiado 'pedestre'.
Corsario, probablemente tengas razón pero los criterios editoriales suelen ir siempre más orientados hacia las ventas y Byrne vendía mucho más.
Bruce, yo estaría bastante de acuerdo con el bueno de Bill.
Una serie de culto por derecho propio... una más en aquellos maravillosos 70.
Yo le tengo mucho cariño a la etapa Mantlo-Byrne, en especial la saga de El Enjambre.
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