Nuestro siguiente paso en este periplo ha sido por Canfranc.
Arriba un vagón del antiguo ferrocarril y abajo la iglesia.
El pueblo está tan metido entre montañas que hace un frío que pela.
Ya en la estación, que está a unos kilómetros, más abierta y con solillo, disfrutamos de una temperatura primaveral.
Además de paisajes de ensueño.
Pero lo que más hemos disfrutado ha sido comiendo espectaculares platos en increíbles parajes naturales. Paradita en Villanua tomando algo relajados y comida en Castiello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario